La madera nos ha acompañado en nuestras vidas desde tiempos inmemorables y cuando decimos «acompañando” es porque realmente ha sido así. Esos elementos que nos han rodeado desde nuestra infancia, no son simplemente una puerta, una ventana o un mueble, han ido envejeciendo con nosotros y mientras lo hacían, dejaban evidencia con sus marcas y retorcimiento, que al igual que ocurre con la humanidad, su aspecto deja evidencia del paso del tiempo.